sábado, 20 de abril de 2019

["There is a bundle on your head"]




Abro la computadora. La cierro. Doy varias vueltas y repito este patrón. Hay muchas cosas frustrantes en la vida. Estar encerrado en ti mismo cuando quieres expresarte es una de ellas [al menos para mí].

Las palabras divagan en mi cabeza y pasan tan rápido como para colocarlas en un pensamiento coherente para este otro lado. Y, realmente no son solo las palabras, sino traducir los sentimientos en palabras.  A veces dibujos, o lo que sea en lo que creamos somos buenos.

 Hace unos días cumplí 27. Creo que es la primera vez que lo escribo y lo acepto. Para los que tienen 40, soy una niña. Para los que tienen 20, soy una momia. Y no necesariamente en ese orden.

Un mes antes de llegar oficialmente a esta edad, me preguntaron si estaba satisfecha con lo que he hecho hasta ahora. Tomé algunos segundos para responder mientras miraba unos globos de una fiesta de cumpleaños en la que precisamente me encontraba.

Redirigí mi mirada nuevamente a la joven de unos 22 años que me estaba haciendo esa pregunta. "Pienso que sí, he hecho muchas cosas. Pero me falta viajar más, ver más", repliqué.

Es una respuesta un poco trillada, nada muy profundo. Pero de todas maneras, muy cierta. Me falta ver más. No solo en viajes, sino en la vida misma. ¡Cuán cegados podemos estar tantas veces! Tan ensimismados en nosotros mismos para ver el resto, ver el mundo de los demás y tratar de comprenderlos.

[ “In a world filled with mirth and magic you lose time in yourself”- J.R.R. Tolkien ]

 A pesar de eso, creo que he vivido lo suficiente como para saber que se necesita malicia y compasión en lo que sea que hagas: una mezcla necesaria (con sus debidas porciones). Me falta disciplina entera o concentración en algunas cosas y no tengo una dieta muy saludable que digamos. Me faltan viajes, paisajes y vivir momentos extremos…¿como lanzarme de un paracaídas? No sé si tan extremos.

 He vivido lo suficiente, al menos, para entender que el amor de los padres sobrepasa cualquier cosa. Que posiblemente no habrá nadie más en el mundo que te ame más que ellos. Y he vivido lo suficiente como para entender que no todos han tenido esa experiencia. Que hay dolores que yo no he experimentado y eso me hace menos conocedora del dolor ajeno. Y que hay otros que sí he vivido en carne propia y eso me ha hecho ver una perspectiva distinta de otras cosas.

 Que hay paisajes que me han robado el aliento. Y que hay otros que todavía no he visto y, posiblemente, me dejarán sin palabras. Que he amado y he sido amada. Que las ilusiones y las desilusiones a veces van y vienen. Que he dicho o hecho cosas que no debería, que he pedido perdón y que he perdonado. Que el tiempo pasa y los ciclos comienzan.

Que hay mucho más, mucho más que todavía no sé y espero aprender.

 27 años puede ser un soplo de vida. O una vida entera bien vivida. Según Séneca –filósofo romano- no hay tal cosa como una vida breve, sino un tiempo bien administrado.

 Suspiro. La conversación con la joven en la fiesta continúa sin más preguntas existenciales sobre los años y lo que hemos hecho con ellos. El tiempo sigue pasando y yo estoy aquí, presente, ahora. 

Conceptos en la adultez temprana

 Tiempo. Término que se escapa a veces. Que lo dejamos escapar. ¿Qué hora es? Cuándo y cuántos. Según el Principito, los adultos nos preocupamos por las cifras. Y el tiempo. Creo que de niña fui adulta en ese aspecto: cada vez que veía números o pensaba en el tiempo, entraba en crisis. Una crisis que los adultos no comprendían mucho en aquel momento.

Miedo. Muy común. Más común de lo que debería ser. Pero no se le puede condenar tanto a esta sensación: del miedo a veces actuamos y logramos lo que no pensamos.

 Dolor. Dolor físico y emocional. Como cuando te caes por primera vez cuando estás corriendo bicicleta. O cuando te rompen el corazón a tus 16. ¿O tú lo rompes más adelante? Dolor cuando…se te cae un mantecado que verdaderamente querías. Dolor cuando has perdido algo que sabes no recuperarás.

 Angustia. Cuando hay tapón y vas tarde al trabajo. Cuando las preocupaciones sobrepasan tu entendimiento y paz interior. Cuando sabes que tienes cosas que decir pero no encuentras cómo. 

Alegría. Cuando sacas A en un examen que pensaste no pasarías. Cuando sacas un pasaje a un país desconocido. Cuando te va muy bien en el trabajo y te gusta lo que haces. Cuando mi papá me recibe por las noches en la sala.

De vuelta al 2011

No había pensado en él estos años. Solo recordaba, de mil en cien, algunas cosas o eventos relacionados a la clase de guiones. Mayormente, p...